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PRESIDENTE: Muy buenos días. En primer lugar, quiero reiterar el agrado que tengo al poder dialogar con ustedes, corresponsales de países amigos.

De acuerdo con el criterio tradicional con que he conversado con los periodistas que nos visitan, hay libertad absoluta para preguntar. Eso sí, les agradecería fueran concretas las preguntas y que la persona que pregunta se indentifique. Ofrezco la palabra.

PERIODISTA PHILIPE GUSTIN, REPRESENTANTE DE AFP: Señor Presidente, dentro de dos días tendrán lugar las elecciones legislativas en dos países: Chile y Francia. En ambos casos la oposición estima que si la coalición gobiernista no obtiene la mayoría, el Presidente de la República tiene que revisar su política. ¿Qué piensa usted a este respecto?

PRESIDENTE: Quiero decirle que su pregunta no me va a llevar a opinar sobre la política interna de Francia. Pero sí me va a permitir calificar la diferencia que hay entre el régimen Constitucional francés y el chileno. En nuestro país rige una Constitución presidencialista, precisamente dictada para terminar con el parlamentarismo. En Francia, en realidad, no hay una Constitución presidencialista, y el Gobierno, vale decir, los Ministros, son responsables ante el Presidente de la República, y ante el Parlamento.

En Chile, el Presidente de la República no necesita la autorización del Congreso para designar a sus Ministros. En Francia, es el Parlamento el que resuelve dar o no apoyo a la fórmula ministerial. En caso de discrepancias, en Francia el Presidente de la República tiene una salida: disolver el Congreso. En Chile hay una realidad diferente: atribución del Presidente de la República cuando hay un problema político en que él estime favorable llamar a un pronunciamiento del país, que es el plebiscito. Por lo tanto, son dos situaciones absolutamente diferentes.