Si hay un millón 600 mil niños de 0 a 6 años esta protección, y pensamos que debe haber una auxiliar por cada 10 niños -desde el punto de vista técnico así se aprecia-, tendríamos que tener un servicio burocrático de 160.000 personas; sería el servicio más numeroso y gran parte del erario fiscal estaría destinado a financiarlo.
Además de existir una auxiliar por cada 10 niños, hay que tomar en cuenta que deben estar las auxiliares parvularias, las parvularias orientadoras, e inclusive los sicólogos y los médicos. Por ello, sería imposible que ahora; o durante muchos años, Chile pudiera hacerse cargo, financiando, pagando con salarios o sueldos a las personas que deben trabajar en estos Jardines y Salas-Cunas. De allí que presentemos, complementariamente a esta Ley, el proyecto que estamos comentando.
Yo pienso que es muy poco pedirle a la mujer chilena que tres, o seis meses de su vida, -si no trabaja o no estudia- para que pueda contribuir a amparar y defender lo que más vale, que es el futuro del país, que está en estos niños, en los hijos de ustedes, fundamentalmente en los hijos del pueblo.
Hay que meditar que un Jardín Infantil implica la atención integral del niño, desde el punto de vista de su alimentación, de su educación; desde el punto de vista de su salud, de su desarrollo intelectual. Muchas madres ignoran que la vida de relación del niño comienza apenas nace; hay estímulos que van haciendo que se amplíe más el vínculo que hace que el niño se relacione con la comunidad a través de otros niños, a través del personal que trabaja en este Servicio.
Es importantísimo que la madre entienda -y médicos, sicólogos, orientadoras parvularias saben perfectamente bien que es así la importancia que tiene una alimentación que contenga el número necesario de proteínas, sobre todo en los primeros meses de la vida del niño.