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De allí la importancia que tiene el que se eleve el nivel político de las masas y el nivel político de los trabajadores, para que comprendan la situación que tienen hoy día, cuando son Gobierno.

De la misma manera, deben pesar su responsabilidad los empleados, los obreros, los técnicos, los profesionales, que laboran en empresas estatizadas.

Yo lo he dicho muchas veces: las empresas estatizadas no significan que los que en ellas trabajan, sean los propietarios o que se piense que los excedentes estén destinados a elevar sueldos y salarios. Nosotros hemos sostenido siempre que los trabajadores del cobre son los propietarios de las minas del cobre, en cuanto integran el pueblo de Chile. Es el pueblo, es el país el dueño de esos recursos. Y por lo tanto deben estar destinados a servir a todos los chilenos.

No es el momento de analizar nuestra experiencia —ya lo haremos públicamente— respecto a las empresas nacionalizadas; respecto a la relación-producción, costo, remuneración; la responsabilidad o irresponsabilidad con que se ha actuado; lo que debe significar como aporte al desarrollo económico; el Área Social de la Economía, etc. etc.

Pero es importante sí, insistir que para nosotros es una obligación acentuar el derecho, o los derechos de los trabajadores. Pero al mismo tiempo, es una obligación destacar que también tienen deberes los trabajadores; y en el caso de este Gobierno, tienen el superior deber de entender que sólo produciendo más, trabajando más, y siendo más eficientes en el trabajo, progresa un país.

No hay ninguna fórmula, ni en el régimen capitalista ni en el régimen socialista, que permita el progreso de un país sin el trabajo; la diferencia está en que en el primer caso se beneficia una minoría del [¿porcentaje?] de muchos, y en el segundo caso muchos trabajan para todos.