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11.

En Chile hay 4.600 médicos; deberíamos ser ocho mil médicos. En Chile faltan, entonces, tres mil médicos. En Chile faltan más de 6.000 dentistas. En ningún país de América Latina —y lo digo con absoluta certeza— no hay ningun servicio público estatal que haga una atención médica-dental con sentido social. Se limitan en la mayoría de los países, si es que tienen esos servicios, a la etapa inicial, previa, básica, simple, sencilla, de la extracción. Y si hay algo que yo he podido ver con dolor de hombre y conciencia de médico, cuando he ido a las poblaciones, es a las compañeras trabajadoras, a las madres proletarias, gritar con esperanza nuestros gritos de combate, y darme cuenta, por desgracia, como sus bocas carecen de la inmensa mayoría de los dientes.

Y los niños también sufren ésto. Por ellos, entonces, y sobre la base tan solo de estos ejemplos simples, nosotros tenemos que entender que cuando hablamos de una Universidad comprometida, no solo estamos hablando de una universidad que entiende que para que termine esta realidad brutal que hace más de un siglo y medio pesa sobre nosotros, en los cambios estructurales económicos se requiere un profesional comprometido con el cambio social; se requiere un profesional que no se sienta un ser superior porque sus padres tuvieron el dinero suficiente para que él ingresara a una universidad. Se necesita un profesional con conciencia social que entienda que su lucha, si es arquitecto, es para que se construyan casas necesarias que el pueblo necesita. Se necesita un profesional que, si es médico, levante su voz para reclamar que la medicina llegue a las barriadas populares y, fundamentalmente, a los sectores campesinos.

Se necesitan profesionales que no busquen engordar en los puestos públicos, en las capitales de nuestras patrias. Profesionales que vayan a la provincia; que se hundan en ella.

SIGUE.