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de los trabajadores es en las empresas, en las industrias, en las faenas; que esto era decisivo e importante, era la manera de evitar que el país se paralizara y era la manera de evitar también una provocación en grande, que seguramente querían realizar para demostrar que el Gobierno era incapaz de mantener el orden.

Compañeros, creo que tuve -y hay que reconocerlo- la razón. La prueba está en lo que ha acontecido. Lógicamente, si a esto se suma que el Gobierno actuó a través de las Fuerzas Armadas, Carabineros e Investigaciones, hay que saber que se actuó a través de los trabajadores en sus frentes de labor, y sobre la base de esos partidos políticos de la Unidad Popular, sobre el apoyo de la Central Unica de Trabajadores.

Por eso, en uno de los momentos más difíciles, cuando la agresión golpea y golpea a Chile, cuando la insolencia de la Kennecott nos acosa en Francia, en Suecia y en Holanda y se apresta para hacerlo en todos los países donde Chile ha vendido cobre de El Teniente; donde internamente el sabotaje aumenta y cuando ya la economía del país está golpeada en forma muy violenta, cuando Ministros iban a ser candidatos y tenían que inscribirse en un plazo breve, tuve que cambiar el Gabinete y básicamente, establecí la composición del Gabinete sobre la base de organismos y de entidades e instituciones que habían estado defendiendo la Constitución y la Ley. Porque ellos se salieron de la Constitución, porque ellos atropellaron la Ley, porque ellos atropellaron la constitución y la ley -no nosotros-. Y por eso, la constitución del Gabinete actual, está integrado por las Fuerzas Armadas, los partidos políticos de la Unidad Popular y la Central Unica de Trabajadores.

Lo hemos hecho, compañeros, concientes de lo que esto significa (APLAUSOS).

Lo hemos hecho, no para transar el Programa de la Unidad Popular. Lo hemos hecho para obtener lo que obtuvimos: que se decretara el cese de la tentativa de paro. No lo hicimos para tomar en cuenta el llamado "Pliego de Chile", que tenía pretensiones audaces, y algunas de ellas, yo diría, irresponsables. No podían pretender que habría algún Presidente o algún gobernante que aceptara que se limitaran los derechos que le otorga la propia Constitución Política del Estado.

LVR/mtzg.

SIGUE.-