¡Con qué satisfacción yo puedo decirles para que ustedes lo digan en sus países que Chile es dueño de su cobre, de su hierro, de su salitre, de su carbón, de su petróleo, de su electricidad! Que hemos nosotros dado un largo tranco en la historia para nacionalizar las riquezas esenciales que estaban en poder del capital foráneo, que lo hemos hecho dentro de nuestras leyes y no aceptamos que nadie pretenda discutir el soberano derecho de un pueblo independiente a hacer dentro de sus leyes los cambios y transformaciones que le permitan su desarrollo económico y su independencia (APLAUSOS).
Ustedes deben saber que con una ley que ayudamos a dictar en el gobierno anterior hemos profundizado la Reforma Agraria y expropiado una cifra cercana a los 5 millones y medio de hectáreas. Hemos nacionalizado la banca y grandes monopolios nacionales y extranjeros. Hemos controlado el comercio de exportación y de importación.
Nos hemos visto obligado a renegociar la deuda externa por el duro peso que ello significaba para el desarrollo de nuestra economía. Hemos encontrado duras dificultades que cada día se hacen más y más difíciles.
En el campo de las finanzas, por ejemplo, los créditos a corto plazo que habitualmente se nos diera con el respaldo de nuestro trabajo y nuestras exportaciones, prácticamente han sido eliminadas. Una cifra comparativa les dirá la verdad de lo que sostengo. Chile tenía tradicionalmente de los bancos americanos 270 millones de créditos rotativos. Este año no alcanzamos a 30.
En los países capitalistas de Europa también hemos encontrado dificultades para conseguir esos créditos. A ello se agrega el drama nuestro por el descenso del precio del cobre que da un valor promedio el año 1970 de 59 centavos no alcanza el año 1971 a 49; y este año quizás será algo más bajo. Hemos producido más cobre en 1971 que en 1970 y hemos tenido 175 millones de menor ingreso. Y este año produciremos más que en 1971 tendremos menos ingreso que en 1971 y mucho menos por cierto, en 1970.
TAF/mtzg,