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Yo puedo decirles a Uds., como primicia a esta conversación, que el Ministro de Justicia y el Subsecretario General de Gobierno, vale decir, Jorge Tapia y Sergio Inzunza, me trajeron los proyectos que de común acuerdo se habían redactado, en una carta. Venían del Senado; lo único que yo tenía que hacer era firmar. Firmé, y cuando volvieron al Senado, ya se había producido la votación y las conversaciones habían desaparecido.

Y yo he firmado eso. Me quedé callado. Podría haberles dicho: eso es una burla a un Presidente de la República. Me mandan los proyectos de acuerdo, los acepto, hemos estado estudiándolos durante una semana, y cuando llega el momento en que materialmente tienen que venir el Ministro de Justicia y el Subsecretario de Gobierno a 4 cuadras de distancia, que se demoran 10 minutos, cambia totalmente el panorama de conversaciones mantenidas durante un mes y medio.

PERIODISTA: Señor Presidente, Ud. ha hablado de la descomposición moral de los adversarios de la Unidad Popular.

PRESIDENTE: No, efectivamente no. Sería injusto, sería duro, no quiero entrar a profundizar en este aspecto, puede haber habido muchas razones, vaya Ud. a saberlo. Cuando me refiero a la descomposición moral me refiero a otras personas que mienten, a la gente que usa la difamasión, la calumnia; a la gente que sabe perfectamente bien que no puede plantearse en un país algunos problemas que entrañan una gravedad, cómo lo ha hecho en el caso del cobre: decir que no vamos a producir nosotros para cumplir nuestros contratos, es dañar a Chile en la forma más salvaje que se pueda hacer.

Engañar a Chile como se dice enfáticamente que el oro ha desaparecido de las arcas del Banco Central, y tiene que ir a testimoniar que está el oro ahí un magistrado del Poder Judicial, es dañar a Chile.

SIGUE.-