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Y, entonces, lógicamente nosotros tenemos que importar más alimentos y lo hemos dicho, pero nos encontramos con que los precios de los insumos, los alimentamos, los repuestos en el mercado Internacional han subido extraordinariamente ¿por qué? por la devaluación del dólar. Por ejemplo, mucha gente - y lo he dicho - mucha gente dice: ¡ah! ¡imagínese capaz que el señor Allende, (con cierto tono despectico) nos lleve a un racionamiento! Y yo digo honestamente, por ejemplo, si se pudiera o hubiera aquí la manera de racionar algunos artículos, como la carne, lo haría.

¿No es mucho más justo, que si Ud. Juan Gana o Ud. Hernán Reyes, que son padres de familia y tienen tres personas en su casa; cuatro reciban lo que necesitan de consumo a la semana, para esas cuatro personas? En cambio familias de dos, o a veces de 5 personas, compran, no para 2 ni para 5, sino para 15 ó 20 y para varios meses, ¿por qué en la guerra se toman esas medidas? ¿por qué? Porque está el peligro ahí, ¿no es cierto? porque se siente el retumbar de los cañones. Pero, ¿acaso no estamos en guerra contra el hambre, la desocupación que sienten algunos en este país? Sin embargo, todavía no vivimos una revolución, una conciencia revolucionaria. Yo lo he dicho, no vivimos una revolución, una conciencia revolucionaria. Yo lo he dicho, no podemos de la noche a la mañana suprimir la compra de carne de vacuno, porque no tenemos los pescados suficientes, porque todavía no hemos podido desarrollar una gran política avícola o de producción porcina. Los temporales, por ejemplo, nos echaron abajo la mayoría de las posibilidades de aumentar extraordinariamente la producción avícola.

SIGUE.-