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Por lo demás, estuvieron presentes en todos los procesos revolucionarios en su etapa inicial, fundamentalmente; lo vivió la Unión Soviética, lo vivió la República Popular China, lo ha vivido Cuba. Nosotros lo vivimos, y todavía más ampliamente, por la fama como tenemos que desarrollar nuestro camino. No tenemos ningún modelo, vamos construyendo con la experiencia diaria, las soluciones que diariamente crean los problemas.

Por eso no es de extrañarse que nazcan como Ud. ha señalado, movimiento que obedecen a una profunda inquietud social, que manifiestan o expresan de alguna manera las dudas respecto a la velocidad, profundidad del proceso, de la revolución. A juicio de ello, yo he dicho que Chile no vive una revolución, vive un proceso revolucionario, que es distinto.

Este es un Gobierno de transición, y he señalado que tenemos todas las fallas del capitalismo de los países dependientes y ninguna de las ventajas del capitalismo propio. Estamos empezando a construir. De ahí entonces, que afloren indiscutiblemente, distintas manifestaciones de las masas ya sean en el sector del proletariado, industrial, del campesino o aún las capas medias.

De allí entonces que a mí juicio - y lo dije al comienzo - su pregunta me interesa y lamento no poder profundizarla como debiera, porque tiene bastante contenido. Quiero señalar lo que dije, cuando comenzamos a conversar a dialogar.

Aquí lo que se requiere es: un pensamiento homogéneo, definido, claro, de parte de los partidos y de movimiento de la UP; se requiere una disciplina conciente de cada uno de los partidos y movimiento, de tal manera que los compromisos o las resoluciones que adopten sus directivas, verticalmente se trasladan hasta la base; se requiere que cada hombre, que cada mujer y que cada joven entienda que él es parte del proceso revolucionario y tiene responsabilidad. Y por cierto trazar metas que comprometan a la gente a alcanzarla, que movilicen, que dinamicen la acción, y en ese sentido su pregunta me parece a mí perfectamente lógica. Porque nosotros no podemos estar mirando como una meta Marzo del 73; como una meta definitiva no, nosotros sabemos cuál es la estrategia que tenemos, que seguimos y vemos que hay que unificar las tácticas, pero al mismo tiempo tenemos que movilizar a las grandes masas chilenas en función de iniciativas que efectivamente las sacudan, las encaucen y le den la fuerza necesaria, para que sean el facto de apoyo al proceso revolucionario.

SIGUE.-