Tu nombre, ¡oh Jitanilla!
Causando asombro, espanto y maravilla,
La fama yo quisiera
Que le llevara hasta la octava esfera.
C. Que le llevara hasta la octava esfera
Fuera decente y justo,
Dando á los cielos gusto
Cuando el son de su nombre allá se oyera;
Y en la tierra causara
Por donde el dulce nombre resonara
Música en los oidos,
Paz en las almas, gloria en los sentidos.
A. Paz en las almas, gloria en los sentidos
Se siente cuando canta
La sirena que encanta,
Y adormece á los mas apercebidos:
Y tal es mi Preciosa,
Que es lo ménos que tiene ser hermosa:
Dulce regalo mio,
Corona del donaire, honor del brio.
C. Corona del donaire, honor del brio
Eres, bella Jitana,
Frescor de la mañana,
Céfiro blando en el ardiente estío:
Rayo con que amor ciego
Convierte el pecho mas de nieve en fuego:
Fuerza que ansí la hace
Que blandamente mata y satisface.
Señales iban dando de no acabar tan presto el libre y el cautivo, si no sonara á sus espaldas la voz de Preciosa que las suyas habia escuchado: suspendiólos el oirla, y sin moverse, prestándola maravillosa atencion, la escucharan: ella (no sé si de improviso, ó si en algun tiempo los versos que cantaba le compusieron) con estremada gracia, como si para responderles fueran hechos, cantó los siguientes.
En esta empresa amorosa |
Haga yo lo que en mí es |
Aquí dió fin Preciosa á su canto, y Andres y Clemente se levantaron á recebilla: pasaron entre los tres discretas razones, y Preciosa descubrió en las suyas su discrecion, su honestidad y su agudeza, de tal manera que en Clemente halló