Página:Cervantes - Novelas ejemplares, 1883.djvu/49

Esta página ha sido corregida
33
La jitanilla.

hallándonos, sino muchas señales de nuestra fuga, se confirmó en toda la corte ser nosotros los matadores de aquellos dos caballeros (que lo eran, y muy principales). Finalmente, con parecer del conde mi pariente, y del de los religiosos, despues de quince dias que estuvimos escondidos en el monesterio, mi camarada en hábito de fraile con otro fraile se fué la vuelta de Aragon, con intencion de pasarse á Italia, y desde allí á Flándes, hasta ver en qué paraba el caso: yo quise dividir y apartar nuestra fortuna, y que no corriese nuestra suerte por una misma derrota: seguí otro camino diferente del suyo, y en hábito de mozo de fraile, á pié salí con un religioso que me dejó en Talavera; desde allí á aquí he venido solo y fuera de camino, hasta que anoche llegué á este encinar, donde me ha sucedido lo que habeis visto: y si pregunté por el camino de la Peña de Francia, fué por responder algo á lo que se me preguntaba, que en verdad que no sé dónde cae la Peña de Francia, puesto que sé que está mas arriba de Salamanca. Así es verdad, respondió Andres, y ya la dejais á mano derecha casi veinte leguas de aquí, porque veais cuán derecho camino llevábades, si allá fuérades. El que yo pensaba llevar, replicó el mozo, no es sino á Sevilla, que allí tengo un caballero jinoves, grande amigo del conde mi pariente, que suele enviar á Jénova gran cantidad de plata, y llevo designio que me acomode con los que la suelen llevar como uno dellos, y con esta estratagema seguramente podré pasar hasta Cartagena, y de allí á Italia, porque han de venir dos galeras muy presto á embarcar esta plata. Esta es, buen amigo, mi historia: mirad si puedo decir que nace mas de desgracia pura, que de amores aguados; pero si estos señores jitanos quisiesen llevarme en su compañía hasta Sevilla, si es que van allá, yo se lo pagaria muy bien, que me doy á entender que en su compañía iria mas seguro, y no con el temor que llevo. Sí llevarán, respondió Andres; y si no fuéredes en nuestro aduar, porque hasta ahora no sé si va al Andalucía, iréis en otro que creo que habemos de topar dentro de dos ó tres dias, y con darles algo de lo que llevais, facilitaréis con ellos otros imposibles mayores. Dejóle Andres, y vino á dar cuenta á los demas jitanos de lo que el mozo le habia contado y de lo que pretendia, con el ofrecimiento que hacia de la buena paga y recompensa. Todos fueron de parecer que se quedase en el aduar; solo Preciosa tuvo el contrario: y la abuela dijo que ella no podia ir á Sevilla ni á sus contornos, á causa que los años pasados habia hecho una burla en Sevilla á un gorrero llamado Triguillos, muy conocido en ella, al cual le habia hecho meter en una tinaja de agua hasta el cuello,

Cervantes, Novelas.
3