Página:Cervantes - Novelas ejemplares, 1883.djvu/128

Esta página ha sido corregida
112
Novelas ejemplares.

ferro, y me dijo que por haber estado retirado por enfermo el corcobado, no habia cumplido con su débito. Eso creo yo bien, dijo Mompodio, porque tengo por tan buen oficial al Desmochado, que si no fuera por tan justo impedimento, ya él hubiera dado al cabo con mayores empresas. ¿Hay mas, mocito? No, señor, respondió Rinconete. Pues pasad adelante, dijo Mompodio, y mirad donde dice: Memorial de agravios comunes. Pasó adelante Rinconete, y en otra hoja halló escrito:

Memorial de agravios comunes, conviene á saber: redomazos, untos de miera, clavazon de sambenitos y cuernos, matracas, espantos, alborotos y cuchilladas fingidas, publicacion de nibelos, etc.

¿Qué dice mas abajo? dijo Mompodio. Dice, dijo Rinconete, unto de miera en la casa... No se lea la casa, que ya yo sé dónde es, respondió Mompodio, y yo soy el tuautem y esecutor de esa niñería, y están dados á buena cuenta cuatro escudos, y el principal es ocho. Así es la verdad, dijo Rinconete, que todo eso está aquí escrito; y aun mas abajo dice: clavazon de cuernos. Tampoco se lea, dijo Mompodio, la casa, ni adónde, que basta que se les haga el agravio, sin que se diga en público, que es gran cargo de conciencia á lo ménos mas querria yo clavar cien cuernos y otros tantos sambenitos, como se me pagase mi trabajo, que decillo sola una vez, aunque fuese á la madre que me parió. El esecutor desto es, dijo Rinconete, el Narigueta. Ya está eso hecho y pagado, dijo Mompodio; mirad si hay mas, que si mal no me acuerdo, ha de haber ahí un espanto de veinte escudos: está dada la mitad, y el esecutor es la comunidad toda, y el término es todo el mes en que estamos, y cumpliráse al pié de la letra, sin que falte un tilde, y será una de las mejores cosas que hayan sucedido en esta ciudad de muchos tiempos á esta parte: dadme el libro, mancebo, que yo sé que no hay mas, y sé tambien que anda muy flaco el oficio; pero tras este tiempo vendrá otro, y habrá que hacer mas de lo que quisiéremos; que no se mueve la hoja sin la voluntad de Dios, y no hemos de hacer nosotros que se vengue nadie por fuerza; cuanto mas, que cada uno en su causa suele ser valiente, y no quiere pagar las hechuras de la obra que él se puede hacer por sus manos. Así es, dijo á esto el Repolido. Pero mire vuesa merced, señor Mompodio, lo que nos ordena y manda, que se va haciendo tarde, y va entrando el calor mas que de paso. Lo que se ha de hacer, respondió Mompodio, es que todos se vayan á sus puestos, y nadie se mude hasta el domingo, que nos juntaremos en este mismo lugar, y se repartirá todo