Esta página ha sido validada
Me reconocerás, y la clemencia
y el amor brillarán en tu mirada
cuando diga a tus pies confiadamente:
Sefior, ¡he aquí tu esclava!
Y tus plantas besar será mi gloria,
y por la gloria de besar tus plantas.
Señor, bendito seas en las piedras
que sangre me quitaron por cien llagas!