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POR LA CALLE VAMOS...
Por la calle vamos; un niño me guía;
su pequeña mano sostiene la mía,
peligro y tropiezos me advierte con celo
y el camino hacemos contentos los dos.
Él, porque los niños no saben de duelo;
yo, porque en mi noche de angustia infinita
a Dios busco y hallo y en la manecita
de mi guía beso la mano de Dios.
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