PATRICIAS ARGENTINAS 1009
no y sus amigos los Necochea, M. J. Soler, Pacheco, Lavalle, los Olavarría, los Olazábal y otros, daban brillo y ha- rían honor al regimiento que empezaba á formar.
El matrimonio se efectuó privadamen- te, el 12 de noviembre de 1812, y fue- ron testigos “entre otros — dice la par- tida original — el sargento mayor de “* granaderos á caballo ”, don Carlos de Alvear y su esposa Carmen Quintanilla.”
No habían pasado tres meses de esta ceremonia, cuando el teniente coronel San Martin tuvo ocasión de recoger el primer laurel de sus triunfos, junto al convento de San Lorenzo, y desde en- tonces, acentuada su fisonomía militar y su importancia para la guerra, comenzó la vida pública que terminaría simultá- neamente con los dias de su esposa.
San Martín marchó al ejército auxi- liar del Alto Perú, lo dejó por enfer- medad, y cuando nombrado Gobernador Intendente de Cuyo, debió trasladarse á Mendoza, pidió á su esposa que fuese á su lado.
Apenas llegó á la capital de Cuyo, Remedios fué saludada y agasajada por
