Página:Carnelli Quiero trabajo.djvu/96

Esta página no ha sido corregida

— 9 —

Llorando, quemándome los ojos de llanto, alcancé a medirte. Ni mejor ni peor que nin- guno.

Ahora vuelves y yo no quiero a nadie.

No te arranqué de mí, deliberadamente. Ni siquiera para mi defensa, ni para ahorrar tristeza a mi corazón. Sentí que te alejabas, solo, sin el peso de mi voluntad, como aquella noche en que el lúgubre eco me advertía cómo te ibas, cada vez más lejos, un paso tras otro, hasta perderte.

¿Para qué has vuelto? Ya no me conmueve tu voz. No me conmueve tu rostro. Ni tu aba- timiento, si existe. El mundo de pureza inge- nua que tuve, alguna vez, quedó en tus manos. ¿Qué sos ahora más que los otros? Ni la cu- riosidad de buscar en tu alma siquiera.

Yo he de querer a uno, o a otros. Eso es lo mío. Doblemos la hoja; no interesa. Pero amigo, si se te da el caso, otra vez, aunque quieras volver, no vuelvag nunca.

. or o *

Es curioso, desde que comparto la vida com un abogado de mucho renombre, barullero y buscapleitos, las mujeres ““honestas”” desean mi amistad. Cuando no tenía aún veinte años