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y aclaremos ésto: Con franqueza ¿lo ganó honradamente lo que tiene?
—Sí... trabajé como un burro.
—¿Lícitamente? En esa forma nadie po- dría tener derechos...
—Yo no maté a nadie. No robé.
—Eso es virtualmente cierto si vamos a considerar que no usó palanqueta y ganzúa. Pero robar es acumular, es no tener escrú- pulos.
—Eso es el negocio. Hay que defenderse, es la lucha. Diga que algunos tenemos suer- te. Si no está bien el reparto, así es la vida...
—No creo en la suerte, no veo más que la rapiña y lá mala fe.
Y aunque fuese así, ¿por qué iba a que- darme abajo. Para que me pisoteen, para que me humillen?
—¿Lo humillaron alguna vez?
—Sí caramba, pero yo quería subir y lo aguantaba. Ahora soy amo yo también, aho- ra mando.
—Y patea, insulta, rebaja, oprime. ¿No re- cuerda lo suyo?
—¡Que revienten! Si no fuera así, ¿quién me lo pagaría?
—Ya está compensado, tiene plata.
—Ah sí, plata sí, y bien mía, me la gané