Esta página no ha sido corregida
— 105 —
en éste, culminación de aprendizaje, he su- frido sus vicios.
Pesado lastre.
Escarbad la humana substancia y ante la. comedia y la tragedia reid, compadeced o me- ditad. Pero a mí dejadme el silencio.
Silencio y descanso.
Que cualquier mano pronta, la más blanda,. columpie mi cuerpo maltrecho.
““Duérmase mi niño Duérmase mi dueño...”
- o o* o *
Aquí está mi espíritu fortalecido. Aquí es- tá mi voluntad que rige. Aquí mi amor nue- vamente, ahora, como en la vieja Hélada, por “*lo más bello y más bueno””.
Porque amo su fresca juventud, y bajo el contorno de apolo la lisura del alma, fuerte y sencilla.
Siempre su boca limpia y dulce. Su sonrisa franca. Siempre sus ojos niños. Siempre su brazo compañero.