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Se le servia con el mayor interés en cuanto pedia y aun se ponia á su disposicion un servicio especial para cuando estaba de farra nocturna, lo que sucedia la mayor parte de las noches, en que se retiraba acompañado de amigos de ambos sexos.

Cario Lanza, decidido á echar la casa por la ventana, casa agena, pues de suyo nada arriesgaba, invitaba á cenar con él á las parejas conocidas que hallaba en el Alcázar, muchas de las cuales tenian que quedarse á dormir tambien, porqué puestos en la calle no hubieran atinado con la direccion de sus casas, si es que tenian casa aquellos verdaderos atorrantes de la vida.

Alguno que otro de éstos conocia Buenos Aires y daba los datos que con avidez verdadera recogia Lanza.

Cada dia Lanza se convencia mas de que su fortuna estaba en Buenos Aires y que este era el gran país de los países, en cuanto á las especulaciones que él queria emprender.

Su posicion era ahora mas embarazosa, porqué ni siquiera tenia el dinero que habia traido consigo y se veria en figurillas para pasar los primeros tiempos.

—Pero, ¡qué diablo! de ménos nos hizo Dios, pensaba, y de todos modos, en peor situacion que la presente, sin un medio y en país extraño no he de verme nunca.

El 25 de Enero ya Lanza empezó á hacer el plan de la manera mas curiosa que podria salir del pantano donde se habia metido.

Y recien se le ocurrió dar balance en sus bolsillos para poder apreciar bien sus fuerzas metálicas.

Solo tenia seis libras esterlinas y un par de pesos fuertes.

El fin del mes se venia encima y junto con el fin del mes la cuenta del hotel y sus amargos tragos.

Aquel mismo dia Lanza averiguó cuanto valia un pasage para Buenos Aires, y en qué dia salian los vapores.

Pasage y bote pago, le quedarian cinco libras esterlinas para maniobrar en Buenos Aires hasta que hallase colocacion momentánea, lo que creia sumamente fácil obtener en una casa de comercio italiana, sobre todo en una casa de giros, para ir tomando los datos que necesitaba y poniéndose al corriente de los negocios.

Pero, ¿como salia de Montevideo?

El hecho material del viaje no era nada, porqué todo quedaba reducido á embarcarse sin decirlo á nadie y así no se enterarian de la cosa.

Es que la cuestion para él era embarcarse con todo su equipage, y esto era lo que Lanza no hallaba el modo de hacer.

En cuanto hubiera intentado mover una paja estaba perdido, porqué en el acto en el hotel se habrian apercibido de todo y lo hubieran hecho acogotar por la policía.

He aquí lo que mas importaba á Lanza, no por el hecho de caer á la policía, sinó porqué esto hubiera sido un golpe de muerte para todos sus proyectos de especulacion en el alto comercio.

El no habia tenido la precaucion de dar en el hotel un nom-