Página:Carlo Lanza - Eduardo Gutierrez.pdf/196

Esta página ha sido validada
— 196 —

Aflijido Arturo, habia escrito á su padre pidiéndole dinero, pero la respuesta no venia quien sabe por qué inconvenientes.

Esperar mas era agravar la situacion, porqué la cuenta del hotel crecia y no habia con que pagarla.

Una mañana me contó Arturo lo terrible de la situacion porqué atravesábamos.

—Es preciso que nos vayamos á casa y tratemos el arreglo con tu paure, me dijo; ya hemos provocado la situacion que queríamos, y él ya no tendrá mas remedio que conformarse.

Pero necesitamos recursos, tu situacion es delicada y yo no los tengo.

Yo me hallaba embarazada, y los médicos me habian recomendado el mayor cuidado en los viajes.

Esta declaracion de Arturo me dejó helada.

—Figúrate, me dijo, que ni aun para los pasajes tengo!

¡Yo no sé como voy á hacer! mi padre no ha respondido á mis cartas, y esto no puede ser sinó un extravio del correo, ó alguna cosa que ahora no me acierto á explicar.

La suma que yo le pedia era muy poca cosa, y mi padre no es hombre de dejarme en una situacion afligente ni por poco ni por mucho.

El no está enojado conmigo; entónces no hay mas remedio que la carta se ha perdido, ó al sentirla con dinero, alguno se ha tentado á declararse su dueño.

—Pero así no podemos seguir, dije yo aterrada, porqué si nos descubren que estamos haciendo un gasto que no podemos pagar, sabe Dios lo que nos sucede.

—Bueno, no te aflijas; yo voy á ver si vendo mi reloj y alguna otra cosa; teniendo para pagar la cuenta de este maldito hotel, y para los pasages, no hay por qué aflijirse.

Al oir hablar de vender alhajas me acordé de mi anillo con un brillante, que algun dinero valia, y se lo entregué a Arturo diciéndole:

— Ahí tienes eso tambien, véndelo de manera que podamos recuperarlo algun dia, que de algo te ha de servir.

—¡Nunca te lo hubiera pedido! me dijo, aunque hubiese estado en una situacion mas dura, pero como me lo das de tan buena voluntad, yo te lo acepto contento, porqué él solo bastará para todos nuestros apuros.

Yo lo colocaré de modo que el dia que tengamos dinero podamos retirarlo de donde está, no te aflijas.

Unica alhaja de valor que habia tenido en mi vida, me costó mucho trabajo separarme de ella, pero ¿qué iba á hacer en una situacion tan terrible, cuando temíamos que fueran á echarnos á la calle?

Con tal de haber salido de semejantes apuros, si mas hubiera tenido, mas habria dado.

Arturo regresó contento, con una buena suma de dinero.

Mi solo anillo dió para pagar la cuenta del hotel, tomar los pasages, y aun sobró.

Mi embarazo estaba muy avanzado y yo me sentia pesada