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Acta Apostolicae Sedis - Comentario Oficial

No Nos queda, pues, otra cosa sino invitar a esta pobre humanidad que ha derramado tanta sangre, que ha abierto tantas tumbas, que ha destruido tantas obras, que ha privado de pan y de trabajo a tantos hombres, no Nos queda, repetimos, sino invitarla con las tiernas palabras de la sagrada Liturgia: «¡Conviértete al Señor tu Dios!»[a].

Y ¿qué ocasión más oportuna podríamos indicaros, oh Venerables Hermanos, para tal unión de plegarias y reparaciones, que la próxima fiesta del Sagrado Corazón de Jesús? El verdadero espíritu de tal solemnidad, como lo hemos demostrado ampliamente hace cuatro años, en la Encíclica «Misserentissimus Redemptor»[b] es precisamente el espíritu de amorosa reparación y por ello hemos querido que en tal día de cada año y para siempre se rinda, en todas las iglesias del mundo, público acto de reparación por tantas ofensas que hieren a ese Divino Corazón.

Sea, pues, este año la fiesta del Sagrado Corazón para toda la Iglesia, una santa emulación de reparación y de impetración. Acudan en gran número los fieles a la mesa eucarística, acudan al pie de los altares a adorar al Salvador del mundo bajo el velo del Sacramento, que vosotros, Venerables Hermanos, procuraréis esté en ese día solemnemente expuesto en todas las Iglesias; desahoguen en aquel Corazón misericordioso, que ha conocido todas las penas del corazón humano, el desborde de su dolor, la firmeza de su fe, la confianza de su esperanza, el ardor de su caridad. Ruéguenle, interponiendo el poderoso patrocinio de María Santísima, Mediadora de todas las gracias, por sí y por sus familias, por su patria, por la Iglesia; ruéguenle por el Vicario de Cristo en la tierra y por los demás pastores, que con El soportan el formidable peso del gobierno espiritual las almas; ruéguenle por los hermanos creyentes, por los hermanos extraviados, por los incrédulos, por los infieles; y, finalmente, por los mismos enemigos de Dios y de la Iglesia, para que se conviertan.

  1. El texto citado corresponde a Ecles 17,21: Oficio de la Semana Santa. Lamentaciones de Jeremías en Maitines.
  2. Pío XI, publicó su encíclica Miserentissimus Redemptor el 8 de mayo de 1928.