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me sonrojé de verme tan hermoso. Pero desde que tus ojos, ¡o Filida! se han negado á mirar las gracias de mi rostro, huyo de las aguas que antes buscaba con anhelo.

Hubo un tiempo en que yo conocia las virtudes de todas las yerbas y plantas que reciben el rocío de la mañana. ¡Ah desgraciado Alexis! ¿de qué te sirve el arte de curar tus ganados, si no puedes curar tu corazon?

Que otros pastores se entreguen á los cuidados campestres.... que sus rebaños esten en mejor estado y den vellones mas abundantes que los mios.... yo por mí, no pienso mas que en los medios