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RUBÉN DARÍO
pero
hallarás la sirte,
la sirte para tu barca,
si partís en la lírica barca
con tu Gioconda...
la onda
y el viento
saben la tempestad para tu cargamento.
Maestro!
pero tú en cabalgar y domar fuiste diestro.
Pasiones e ilusiones:
A unas con el freno, a otras con el cabestro
las domaste, cebras o leones.
Y en la selva del Sol, prisionera
tuviste la fiera
de la luz: y esa loca fué casta
cuando dijiste: ≪Basta≫.
Seis meses maceraste tu Ester en tus aromas.
De tus techos reales volaron las palomas.
Por tu cetro y tu gracia sensitiva,
por tu copa de oro en que sueñan las rosas,
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