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RUBÉN DARÍO


El alma de Vicente llega al coro
de los alados ángeles que al triste
mortal custodia: eran más brillantes
que los celestes astros. Cristo: Sigue,—
dijo al amado espíritu del Santo.—


Ve entonces la región en donde existen
los augustos Arcángeles, zodíaco
de diamantina nieve, indestructibles
ejércitos de luz y mensajeras
castas palomas o águilas insignes.


Luego la majestad esplendorosa
del coro de los Príncipes,
que las divinas órdenes realizan
y en el humano espíritu presiden;
el coro de las altas Potestades
que al torrente infernal levantan diques:
el coro de las místicas Virtudes,
las huellas de los mártires
y las intactas manos de las vírgenes;
el coro prestigioso
de las Dominaciones que dirigen

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