Cual por calles desiertas y sombrías,
Do con voces de muerte zumba el viento.
Volcóse en ruina inmensa
Cuanto es del mundo salvador tesoro;
Puñal blandió el Poder en vez de espada;
Vióse en duelo el amor, roto el decoro,
Y la virtud proscrita ó degollada.
En desborde feroz la humana escoria,
Muda la escuela, profanado el templo,
Fué aquella edad el más siniestro ejemplo
De la orgía del crimen en la historia!
Mas al fin huracanes vengadores
Limpiaron nuestro cielo
De ese asfixiante nubarrón de horrores
Que al sol de Mayo obscureció en su velo.
Y cuando en lid hirviente
El bronce de Caseros tronó airado
Y nos volvió los dioses tutelares.
Pálido y tembloroso, el Execrado
Huyó á esconderse tras los vastos mares.
Roto el muro sombrío
Que muertas estancó bravas corrientes,
Rugiente olaje sacudió el navio;
Pero el rosal de las excelsas mentes,
Entre lumbres de aurora,
Descollar vió al Patricio soberano
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