pasiones egoistas me han fabricado este sombrero, y qe me obligan á llevarlo á través de los siglos sobre la cabeza?
Scrooge negó respetuosamente que abrigara propósitos de inferirle una ofensa, y protestó que en ninguna época de su vida habia tratado, voluntariamente, de ponerle el apagador. Luego le preguntó por el motivo que le llevaba allí.
—Vuestra felidad, contestó el espectro.
Scrooge manifestó su reconocimiento; pero no pudo menos de pensar que con una noche de descanso no interrumpido, se conseguiria mejor aquel objeto. Sin duda que le oyó pensar el espíritu, porque inmediatamente le dijo:
—Entonces... vuestra conversion... Tened cuidado.
Y mientras hablaba tendió su poderosa mano, y agarrándole suavemente el brazo:
—Levantaos y venid conmigo, añadió.
En vano hubiera protestado Scrooge que el tiempo y la hora no tenian de oportunos para un paseo á pié; que estaba muy caliente su lecho y el termómetro bajo cero; que sus vestidos no eran á propósito y que el constipado le mortificaba mucho. No habia modo de resistir el apreton de aquella mano, aunque suave como si fuera de mujer. Se levantó; pero observando que el espíritu iba hácia la ventana, lo agarró por la vestidura en actitud de súplica.