Página:Cantico de Navidad.djvu/49

Esta página ha sido validada
— 29 —

suelos vienen de otra parte, Scrooge, y los traen otros seres á otra clase de hombres que vos. Ni puedo deciros todo lo que desearía, porque dispongo de muy poco tiempo. No puedo descansar, no puedo detenerme, no puedo permanecer en ninguna parte. Mi alma no se separó nunca de mi mostrador; no traspasó, como sabeis, los reducidos límites de nuestro despacho, y hé aquí por qué ahora tengo necesidad de hacer tantos penosos viajes.

Scrooge seguía la costumbre de meterse las manos en los bolsillos del pantalón cuando se entregaba á sus meditaciones. Reflexionando sobre lo que le había dicho el fantasma, hizo como se acaba de indicar, pero continuando arrodillado y con los ojos bajos.

—Muy retrasado debeis estar, Marley, dijo, con humildad y deferencia Scrooge, que nunca dejaba de ser hombre de negocios.

—¡Retrasado! repitió el fantasma.

—Llevais ya siete años de muerto y aun dura vuestro viaje.

—Durante ese tiempo no habido para mí tregua ni reposo: siempre he estado bajo el torcedor del remordimiento.

—¿Viajais deprisa?

—En las alas del viento.

—Mucho habéis debido ver en siete años.