el Lord más encopetado hasta el mendigo más andrajoso.
Murió á consecuencia del exceso de trabajo mental, antes de concluir su novela Los misterios de Edwin Drood.
He aqui el breve juicio crítico que Villiam Spalding hace de las obras de Dickens:
«En la pintura de caracteres es inimitablemente vigoroso y natural. Sus historias son siempre interesantes, y lo serian mucho más si no estuvieran tan recargadas de detalles y minuciosidades. Tan poderosamente y con tanto éxito sabe producir horror en sus lectores (á veces demasiado) como los sentimientos más dulces, ó la hilaridad más grande, con las escenas que presenta, las cuales alguna vez degeneran en caricaturas. No hay en él condiciones para remontarse á las altas esferas de la imaginacion: su pluma es demasiado pesada para describir esos mundos reservados á los hombres de genio romántico, poéticos y meditabundo, pero cuando se trata del mundo real adquiere fuerza, fecundidad, sentimiento; nunca se manifiesta mejor