Página:Cantico de Navidad.djvu/186

Esta página ha sido validada
— 167 —

brindó con pan y queso, pero no acepté. La conducta del banquero se me habia hecho sospechosa, á pesar de su amabilidad.

—Quién es ese anciano que necesita consultar con sus asociados, pregunté al muchacho.

—Sir Eduardo Golshore, que vive cerca de Penrhyn.

—¿La residencia del general Thelacony?

—Cabalmente. El general almuerza aquí cuando viene á Londres; y en cuanto á los asociados me choca, porque todos están ausentes.

—Me parece que aquí hace mucho calor, dije casi sin aliento. Voy... voy á dar un paseo y vuelvo en seguida.

Y antes de que el portero me pusiese ningun inconveniente me marché.

Al verme con Concanen, advertí que su fisonomía no me anunciaba nada bueno.

—La vieja Swigsby sospecha. Si no regresais á casa de vuestros padres, teneis que iros á otro lado.

No habia otro remedio. Salí de aquella casa y me instalé en un cuartito próximo á la de mi amigo, para poder vernos con facilidad. Quiso pagarme el hospedaje de una semana, pero cuando le dije que de aceptar su ofrecimiento comprometía mi porvenir, consintió en comprarme algunas prendas y así conservé intacta mi media corona. Y me encontré segunda vez lanzando á la ventura.