dad de recursos, para mantener siempre despierta la curiosidad de los suscritores. Esto, dicho sea con perdon de los críticos á que nos referimos, revela, no un defecto, sino un ingenio positivo é indudable, y más teniendo en cuenta la originalidad de los medios de que se valia.
Las deplorables circunstancias de que se vió rodeado Dickens cuando fué á Lóndres con su familia, se dejaron sentir sobre él cuando más tarde, gracias á su talento y á su popularidad pudo ocupar la posicion de que era merecedor. Demasiado sabia que ni su prestigio, ni la dignidad con que se condujera siempre á pesar de todos los obstáculos y dificultades, le servirian para que cierta clase de gentes no lo zahirieren por su vida pasada, ya que ninguan otra cosa podrian decir de él. Era orgulloso, y por eso mismo cuando se ponia en contacto con personas de elevada posicion social, guardaba siempre cierta reserva, y si bien no se puso en pugna con las clases elevadas, tampoco hizo nada por hablar de ellas: su gran apoyo fueron las clases media y plebeya.