Página:Cantico de Navidad.djvu/151

Esta página ha sido validada
— 131 —

hácia la tumba poseido de espanto, y siguiendo la direccion del dedo del fantasma leyó sobre la piedra de una sepultura abandonada:

EBENEZER SCROOGE

—¿Soy yo, el hombre á quien he contemplado en su lecho de muerte? preguntó cayendo de rodillas.

El espíritu señaló alternativamente á él y a la tumba; á la tumba y á él.

—No, espíritu: no, no.

El espíritu continuó inflexible.

—Espíritu, gritó, agarrándose á la vestidura; escúchame. Ya no soy el hombre que era, y no seré el hombre que hubiera sido, á no tener la dicha de que me visitárais. ¿Para qué me habeis enseñado esto si no hay ninguna esperanza?

Por primera vez la mano hizo un movimiento.

—Buen espíritu, continuó Scrooge siempre arrodillado y con la cara en tierra; interceded por mí; tened piedad de mí. Aseguradme que puedo cambiar esas imágenes que me habeis mostrado, mudando de vida.

La mano se agitó haciendo un ademan de benevolencia.

—Celebraré la Navidad en el fondo de mi corazon, y me esforzaré en conservar su culto todo el año. Viviré en el pasado, en