Además de las obras que hemos citado y de muchos artículos y trabajos sueltos en periódicos, escribió las siguientes novelas: Bernabe Rudge, La Casa desierta, Dombey é hijo, El Almacen de Antigüedades, Los tiempos difíciles, París y Lóndres en 1793, Las grandes esperanzas, El amigo comun, La difunta Miss Hollingford, y en colaboración con otro ilustre novelista inglés Wilkye Collins, El abismo.
Queriendo emanciparse del yugo de los editores de Revistas, en las cuales publicaba á trozos sus novelas, fundó un periódico titulado: El reloj de Maese Humphrey, con objeto de dar a luz muchos escritos suyos, pero que empezasen y terminasen en el mismo número.
Del primero que se dió á luz se vendieron más de 70.000 ejemplares; pero no bien se enteró el público del plan del autor, de que no habría novelas largas, la venta bajó extraordinariamente.
Esto nos lleva á hablar de uno de los defectos que con más injusticia se atribuyen á Dickens. Se dice de él que