—¿Oís Pedro? preguntó Mrs Cratchit.
—Entonces, dijo una de las jóvenes, Pedro se casaria, estableciéndose por su cuenta.
—Vete á paseo, dijo Pedro, haciendo una mueca.
—¡Caramba! Eso puede ser ó no puede ser: tantas probabilidades hay para lo uno como para lo otro, observó Bob. Es cosa que puede suceder el dia menos pensado, aunque hay tiempo para reflexionar sobre ello, hijo mio. Pero sea lo que quiera, espero que cuando nos separemos, ninguno de vosotros olvidará al pobre Tiny ¿No es verdad que ninguno de nosotros olvidará esta primera separacion?
—Nunca, padre mio, gritaron todos á la vez.
—Y estoy convencido, continuó Bob, de que cuando nos acordemos de lo dulce y paciente que era, aunque no pasaba de ser un niño, un niño bien pequeño, no reñiremos unos contra otros, porque esto seria olvidar al pobre Tiny.
—No, nunca; dijeron todos.
—Me haceis dichoso: verdaderamente dichoso.
—Mrs. Cratchit lo abrazó; sus hijas lo abrazaron; los pequeños Cratchit lo abrazaron; Pedro lo estrechó tiernamente. Alma de Tiny: en tu esencia infantil eras como una emanacion de la divinidad.
—Espectro, dijo Scrooge, presiento que