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la noticia, no pudo menos de bendecir en lo profundo de su alma á Dios y aun de decir lo que pensaba. Despues se arrepintió y demandó gracia por su malvada idea, mas el primer arranque fué el espontáneo.

—Lo que me dijo aquella mujer medio borracha, de quien os he hablado, á propósito de la tentativa que hice para verle y conseguir de él un nuevo plazo era cierto no era una evasiva para ocultarme la verdad. No solamente estaba enfermo, sino moribundo.

—¿A quién será endosada nuestra deuda?

—Lo ignoro; pero antes de que termine el plazo espero tener con que pagarla, y aun cuando no sucediera de este modo, sería el exceso de la desdicha que tropezáramos con un acreedor de corazon tan duro. Esta noche podemos dormir más tranquilos.

Sí: á pesar de ellos mismos, sus corazones se sentian satisfechos. Los niños, que se habían agrupado cerca de sus padres para oír aquella conversacion de la que nada comprendían, manifestaban en sus rostros estar más alegres: ¡la muerte de aquel hombre devolvía un poco de felicidad á una familia! La única emocion que el fallecimiento habia causado era una emocion de placer.

—Espíritu, dijo Scrooge: hacedme ver una escena de ternura íntimamente ligada