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Corvos sus picos son y también corvas
las asesinas garras,
que hunden en el ijar de los jaguares
y rompen de la boa las escamas.
Ambas ciñen collar como unas reinas,
collar de plumas blancas
que en el flexible cuello sobresale
entre plumas leonadas.
Vedlas: Acaban de posar el vuelo,
y ya los abanicos de las alas
nerviosamente agitan....
A un aprisco
de pronto aleves bajan,
y el tímido rebaño al presentirlas
acobardado se alborota y bala.
Y se perpetra el crimen. Alevosas
suspenden en los garfios de sus garras,
la una, un cabrito negro;
la otra, una oveja blanca.
Y el pastor, á los trémulos balidos
que las víctimas lanzan,
vuelve la faz al cielo, ve en el aire
con la rapiña á las malditas águilas,
y con el dorso de la diestra enjuga
en su rostro de Pan, algunas lágrimas.