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II
DESPUÉS DE LA TORMENTA.


¡La tempestad pasó! ¡Todo fué breve!
Finge la lluvia gotas de rocío
sobre el verde gramal, y turbio el río
dentro su cauce, bramador se mueve.

Se disipa el nublado; viento leve
sopla del monte, susurrante y frío;
sacúdese el corcel con noble brío
y el cisne esponja su plumón de nieve.

Al fin cesó la formidable guerra:
no fulgura el relámpago, ni el trueno
con su estallido de cañón aterra;

y—símbolo de paz—rasgando el seno
del firmamento azul, sobre la sierra
sonríe Iris límpido y sereno.