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tan dulce, tan embriagante,
tan bondadosa y amante
en tus labios de rubi.
Hay en tu rostro divino
tal destello de grandeza
que muestra bien la nobleza
de tu casto corazón.
Ahi esta bien reflejado
con tu brillante hermosura
el sello predestinado
de tu gloriosa misión.
Y luce en tu frente pura
una modestia suprema;
no hay tan rica diadema
para ceñirte la sien.
Coronas tiene la hermosa,
hay Coronas para el genio,
y aun hay otra mas grandiosa
para la virtud también.
Mas hay en ti tanto genio,
tanta virtud y hermosura,
y modestia y donosura
cual nunca al suelo bajó!
Si Dios te hizo tan perfecta,
no está tu premio en el suelo:
tu diadema está en el cielo
alla te corone Dios (10).