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A tí generosa
Manuelita divina,
la prole argentina
te rinde su amor.
Te aclama, te nombra,
su gran protectora
tu mano al que llora
mitiga el dolor.
Su día cantad federales,
su día cantad, cantad, cantad (7).
SONETO
Hay en el mundo americano un hombre,
que la gloria abrillanta de su espada
con otra gloria, aún más elevada,
que de gran estadista le dá el nombre.
Y hay una joven, digna de renombre,
hija del héroe tan alto idolatrada,
que en piedad filial es esmerada,
y con virtud que acaso asombre.
Ese insigne estadista y gran guerrero,
que alabanzas merece tan preciosas;
y esa joven, de Dios mujer bendita.
Que sepa quienes son el orbe entero:
aunque americano es el gran Rosas!
aquella ínclita joven Manuelita! (8).