Harto se place en ser mecido el viento,
en los tristes andamios de la afrenta,
el hombre que cual hoja en la tormenta
le arrebata la vida al plomo cruento.
Harto le sabe como miel dorada,
el cáliz que rebosa en puro lloro
de la madre a quien roba su tesoro
y condena a vivir siempre enlutada.
No, no le incites al mal,
que él para dañar nació
con apetito infernal,
y nunca le complació
sino canto funeral.
Y tu viniste a la vida,
bajo forma de mujer,
que es la forma bendecida,
para bálsamo verter
sobre toda humana herida.
Y a la mujer, blando amor
púsole Dios en el seno,
como el azul y el albor
puso en día sereno
para ahuyentar el dolor.
Mujer, amor, caridad,
son flores que Dios mezcló
con su infinita bondad;
rico perfume les dió
y dijo al mundo "gozad".
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