á ustedes mil gracias dijo Aguilar á los vecinos que vencidos ya, por la robusta mano de Morféo, se iban quedando dormidos en las sillas.
—Que Vd. se mejore señor: si en algo podemos ser útiles......
—Gracias:—Manuel, acompaña hasta la puerta á esos señores, y no vuelvas hasta que te llame.
Los vecinos hicieron una reverencia y salieron acompañados de Manuel.
El mashorquero y el jugador quedaron solos.
—Jaime: es preciso venganza, y no pienso omitir medio alguno para llevarla á cabo.
—Pero esplicame tu situacion ¿que es lo que ha sucedido?
Aguilar refirió á Jaime lo ocurrido, advirtiéndole que era preciso hacer creer á todos, que habia sido herido por ladrones; pues pensaba asesinar á Cárlos y era preciso ocultar su resentimiento, para que no recayeran sobre él las sospechas de su muerte.
—La mitad de mi fortuna será tuya, Jaime, si me ayudas á llevar á efecto mi venganza; venganza que la necesito tremenda. Es preciso que abandones el juego y todos los placeres y te contraigas á servirme. Advierte que yo no quiero el amor de esa muger. Quiero su perdicion, su ruina, su desgracia eterna y despues su muerte; pero una muerte horrorosa..... feróz....
—Tu sabes, Blas, que puedes contar conmigo en cualquier caso.
—Bien, es preciso que empecemos por infor-