Página:Camila o la virtud triunfante - Estanislao del Campo.pdf/63

Esta página ha sido validada
— 63 —

amargos ayes de la indigencia, qué á donde oía suaves y armoniosos sonidos de una orquesta.

Cuando el motin infame de Diciembre de 1852 circundó de Hospitales de Sangre la ciudad de Buenos Aires, Mercedes detenia su carruage á la puerta de cada uno de ellos y descendia como un Angel del Empireo á aliviar con su beneficencia y amabilidad los dolores de las nobles víctimas, que caian, defendiendo la ciudad bajo el plomo flatricida de los caudillos.

Esta conducta sublime le acarreó un nombre digno de sus virtudes.

¡La madre del desvalido!

Nombre hermoso, mil veces mas dulce para el corazon de Mercedes que el mismo título de Reina.

¡La madre del desvalido!

Refulgente diadema, mil veces mas deslumbradora y hermosa que la de hermosos diamantes, pudiera colocar, sobré su cabeza de Angel la mano del mas asiático lujo.

¡La madre del desvalido!

Rica y celestial coronaa que la agradecida mano de la indigencia y el infortunio, habia colocado sobre su virtuosa sien.

El Padre de Anselmo con motivo del egercicio de sagrado ministerio, tenia dia á dia la ocasion de presenciar los tristes y desgarradores cuadros en que el pincel de la desventura nos pinta con negros colores, la miseria, la horfandad y la muerte.