Cárlos al cuarto de Camila.
Lo primero que hizo fué sacar la ropa del ropero. Al hacerlo, cayó á sus pies un billete. Lo abrió con mano trémula y leyó lo siguiente:
"Querida Camila."
"El amor frenético que siento por Vd. me impele á suplicarle me conceda una cita. Espero no se negará á la súplica de su rendido esclavo--Q. B. S. P."
"B. A."
Cárlos estrujó el papel entre sus crispados dedos y lo ocultó en uno de sus bolsillos.
El ropero no tenia la llave en la cerradura y era preciso buscarla. Se dirigió al cajon del costurero. Sus dedos tropezaron con una sortija.
Esta tenia dos iniciales—B. A.
-Si! no hay duda! esclamó Cárlos temblando de despecho. Blas Aguilar en el billete y Blas Aguilar en el anillo..........
No dejaré de hacer buen uso de las irrecusables pruebas de mi desgracia.