Nietzsche, el tan mal comprendido, en uno de los capítulos del Zarathustra, el capítulo titulado "Del matrimonio", parafrasea esta ley de Manú: Un hombre completo se compone del hombre y de la mujer — y nos dice:
"Tengo una pregunta para tí solo, hermano mío. La arrojo como una sonda en tu alma para conocer su profundidad. Eres joven y deseas hijo y matrimonio: — ¿Eres hombre que tenga derecho de desear un hijo? ¿Eres el victorioso vencedor de tí mismo, el amo de tus sentidos, el soberano de tus virtudes? ¿O bien la bestia y la necesidad hablan en ti en nombre de tu deseo?
"Quiero que tu victoria y tu libertad engendren el deseo de un hijo. Debes construir más arriba que tú mismo. Pero antes es menester que tú mismo estés construido. No debes tan sólo reproducirte y trasplantarte; debes, sobre todo, plantarte más alto. Que el jardín del matrimonio te sirva para ese fin. Debes crear a un creador."
En efecto, ahí está el núcleo de la educación sexual: Lo que en ella interesa es el hijo.
- ↑ Conferencia patrocinada por la Liga para los derechos de la Mujer y del Niño.