europea, cuya conquista costó milenios a sus primeros poseedores, desarróllase en las tierras vírgenes con tan viguroso impulso que promete equivaler, en originalidad, en un futuro no muy lejano, a la civilización engendradora.
Las leyes de la imitación entrarán en juego si, con entera libertad, se ofrece a la psiquis femenina toda oportunidad para su integral desarrollo. La emulación sexual hará el resto en beneficio de la pareja humana. Y la función específica femenina, "la maternidad", será el medio natural de impulso, de perfeccionamiento, de evolución, de ascensión moral e intelectual.
La inclusión del sentimiento de la maternidad integrará el ideal humano, originado en el instinto fundamental, potentísimo, hasta hoy ineducado, en el instinto de la procreación.
La naturaleza, científicamente interpretada, conducirá al adolescente a amar la ley de la vida, de la fecundación, del desarrollo y a medir la transmisión consciente de esa energía que nos diviniza al hacernos desear que lo creado supere al creador.
La educación e instrucción sexual, iniciada entonces en el hogar, se orientará, científica y humanamente, en la escuela.
Y esta iniciación regular, normal, sana, es tanto más necesaria cuanto que el espectáculo de la vida, en la calle, en los teatros, en los libros, en los periódicos, en los avisos, hasta en la esscuela