de la belleza lo empuja a realizarla. Fouillée lo dice: "Las fuerzas en acción en el mundo o en nosotros, cualquiera que sea su naturaleza intrínseca, concluyen por concebirse en nuestra propia conciencia y, al concebirse, transformándose en ideas, juzgan lo real, lo modifican, se convierten en ideas-fuerzas".
Así, el hombre concibe idealmente el tipo evolucionado que la mujer realiza objetivándolo en el hijo. Y como la idea es fuerza que tiende en lo normal a realizarse, el hombre actual, al concebirse mejorado, no hace más que encauzar su energía para que realice, al objetivarse en acción, el tipo creado subjetivamente en ideal.
El papel de la mujer en la evolución es doble. En relación con su complemento sexual, la mujer representa en el universo la pasividad; pero, en cuando se trata de preservar o de defender los intereses de la raza, la mujer desarrolla una actividad prodigiosa.
¿A qué atribuir la inferioridad actual de la mujer?
A la herencia sexual. Como biológicamente es más débil, pues la maternidad significa para el sexo un sacrificio enorme de energías orgánicas y psíquicas, en tanto que en las relaciones universales predomine la fuerza sobre la razón, la mujer no podrá recibir como herencia sexual psíquica más que lo conquistado a pesar de su debilidad física.
Objetaráse, como actualmente se objeta en la