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3.000 Congresales escuchó absorta y conmovida, como ante un ideal futuro, el relato de lo que, para mí, era, desgraciadamente, una bellísima y fecunda realidad vivida ya.
Hoy sus discípulos perpetúan su recuerdo en las futuras maestras que esta Escuela Normal forme.
¡Fuerte y animosa mujer; maestra, forjadora de almas; madre amantísima y justa, al instituir estos dos premios unen tus discípulas tu nombre al nombre de tu escuela! ¡Vele siempre tu ejemplo sobre ella!