de ella y aplicándola luego a aumentar la suma de dicha humana. Tal es el ideal. Uno de los medios de alcanzarlo, el más eficaz, es el de hacer prácticamente de la adquisición del conocimiento un medio de cultura intelectual aplicado a la realidad; que el niño recorra al adquirir el camino seguido por el hombre al conquistar y el perfeccionamiento psíquico terminará con la vida.
La ensenañza del idioma materno es el instrumento que desarrolla y aguza la mente, ensanchando y profundizando el conocimiento; es el nivel que permite colocar el mundo interno y el externo en un mismo plano de inclinación para que la corriente de la vida ascienda de la realidad objetiva a la subjetiva o descienda del dominio del espíritu al de las cosas; es el transmutador de la energía individual en energía cósmica; es el condensador de lo universal en lo particular.
Comprendida la importancia de la adquisición normal del lenguaje es innecesario demostrar que, en todo momento, sea cual fuere el ramo de enseñanza, debe ser el idioma la preparación constante del profesor.
Sobre esta firme base se elevará la inteligencia a vislumbrar las más audaces teorías, a aplicar generalizando.
Habituada a descubrir la realidad tras el término abstracto no admitirá ciencia teórica, ni hipótesis falaces. Se preguntará siempre, dónde están los hechos, dónde los resultados prácticos. No soportará férula, ni regla; la repugnarán prematuras abstrac-