el miraje la obra futura y la sola concepción de la belleza lo empuja a realizarla. Fouillé lo dice:
"Las fuerzas, en acción en el mundo o en nosotros, cualquiera que sea su naturaleza intrínseca, concluyen por concebirse en nuestra conciencia y, al concebirse, transformándose en ideas, juzgan lo real, lo modifican, se convierten en ideas-fuerzas".
Así, el hombre concibe idealmente el tipo evolucionado y la mujer lo realiza objetivándolo en el hijo. Y como la idea es fuerza que tiende, en lo normal, a realizarse, el hombre actual, al concebirse mejorado, no hace más que encauzar su energía para que realice, al objetivarse en acción, el tipo creado subjetivamente en ideal.
Cuando la pareja humana se complete, el ideal de evolución que, hasta hoy, y con justicia, ha sido casi puramente masculino, se completará, a su vez, con la fase femenina.
De lo expuesto se deduce la actual inferioridad de la mujer. Sergi cree que en ésta predomina la irritabilidad sobre la sensibilidad, "irritabilidad que es un primer grado de sensibilidad y que puede llegar a ser sensibilidad definida o bien permanecer en su forma originaria. Esta irritabilidad es causa más directa y primera de movimiento, o sea de manifestaciones exteriores, que la excitación que se producirá por sensaciones decaídas y claras, por estados de dolor y de placer. Ella, en parte, queda en esa forma, y en parte