pesar de que la orientación general sea una y se dé en común, aprovechando las ocasiones que surjan.
Como se ha sentado, inconmovible cual verdad revelada, que la coeducación no podrá ser ensayada con esperanzas de éxito en los países de raza latina, citaré dos experimentos realizados, respectivamente, en Francia —donde costumbres, prejuicios y religión le son abiertamente contrarios— y en la República Oriental del Uruguay.
Desde 1880 hasta 1894, Mr. Paul Robin, al hacerse cargo del Orfelinato Prévost, ensayó el método integral de educación, cuya base práctica fué la coeducación sexual.
En Cempuis, en plena región clerical, él, un librepensador, luchó 14 años consolidando con lo mejor de él mismo esa institución, finalidad de su vida, que prejuicios religiosos echaron por tierra infamándola, calumniándola.
Remito, para detalles, a la admirable obra "Educación integral", escrita por Gabriel Giroud, ex alumno de Cempuis.
Obra en mi poder, gentilmente ofrecido por la señora Julia S. de Curto, el informe que, en 1878, elevó el vicepresidente de la sociedad Amigos de la Educación a la comisión directiva, presidida por Francisco A. Berra sobre un ensayo de coeducación practicado en el Durazno, República Oriental del Uruguay.
El mismo doctor Berra historia, en 1899, ese caso: