aboguemos por la humanización de la historia: Enséñese a los jóvenes la génesis y el desarrollo de los grandes hechos humanos, individuales y sociales; la evolución del trabajo, de las artes, de la industria, de las ideas, de la vida íntima; relátenseles la importancia de la evolución de la familia a través de la humanidad, la lucha del padre por defenderla, la de la madre por alcanzarla; déjese de lado o empléese como ilustración necesaria la historia política y guerrera; estúdiese el advenimiento del pueblo al gobierno más bien que la apología de los reyes y conquistadores; la historia de la evolución de la humanidad más bien que la de las dinastías y la de las batallas.
Utilícese la biografía de los grandes hombres como escuela de la voluntad.
La educación artística servirá de base a la educación patriótica: El decorado escolar utilizará motivos de la flora y fauna argentina; paisajes, ilustraciones imaginativas hechas por los alumnos de la leyenda y de la historia patria.
La música evocará en lo posible el sentimiento y la belleza del lugar que la engendró. La lectura artística, el recitado aprovechará la prosa y la poesía nacional.
El trabajo manual, que adiestra y perfecciona la mano, coopera como medio de desarrollo físico, intelectual y moral.
Entendida así la escuela permitirá recién al niño elegir, con conocimiento de causa, una ocupación